En el Monte Moriah Dios mismo se proveyo de un sacrificio. La provisión de un carnero en lugar de Isaac apunta a la provisión de Jesús como el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.
En Génesis 22, Dios le pide a Abraham que ofrezca a Isaac en sacrificio en el Monte Moriah. Abraham obedece, pero un ángel detiene el sacrificio en el último momento, proporcionando un carnero para ser sacrificado en su lugar. Este evento simboliza la fe de Abraham y la provisión de Dios.
Posteriormente, el rey David compró el área del monte Moriah y allí se construyó el templo de Salomón, un lugar central para el culto judío. El templo representaba la morada de Dios entre su pueblo.