¿La lluvia una tormenta perfecta?

Definitivamente ¡no! el alcance y la magnitud del evento lo confirma; lo que parecía una inclemencia del tiempo fue simplemente el preámbulo de lo que se avecinaba «La Tormenta Perfecta».
Las expectativas estaban muy altas inclusive sabiendo que se aproximaba un frente de mal tiempo con todo lo que ello implicaba, la lluvia, el frío, calles inundadas y posiblemente anegadas.
Sin embargo, Dios pone al frente varones y mujeres fieles al Señor comprometidos con su obra; líderes que tomaron la ecisión de citar mucho antes del servicio a los más de cien coristas que se hicieron presente en esta mañana sin sufrir mayores omplicaciones.

Los que llegan más tarde.

Los que seguimos unos minutos más tardes nos topamos con algunos sectores inundados y de difícil acceso. Pero no fue impedimento para llegar. Recuerdo que aprovechamos las olas dejadas por los vehículos al transitar dejando un lomo de toro que al parecer había crecido un poco para la ocasión de tal manera que se generaba un camino perfecto para poder cruzar y llegar al lugar de adoración.

Lo que parecía difícil de creer y lo que nos llenó de alegría profunda en nuestros corazones fue poder ver a los hermanos y más aún a muchos curiosos con necesidad de escuchar la Palabra de Dios.
Toda esta combinación de circunstancias más que tormenta perfecta era una lluvia de bendiciones para el pueblo de Dios.
Sin duda el saber que lo que estamos haciendo en ordenanza de lo dispuesto por nuestro Señor Jesucristo realmente llena el
alma y es muy gratificante de hacer la voluntad del Padre.

1 Reyes 19:7

Y volviendo el ángel de Jehová la segunda vez, lo tocó, diciendo: Levántate y come, porque largo camino te resta.

Estimado lector que has llegado hasta acá; tú que estás atribulado; que estas en tristeza; en angustia o depresión; cual sea tu
problema Él Señor tu Dios te aconseja en esta oportunidad con algo muy sencillo en la privacidad de tu hogar o en tu lugar
preferido te dice a través de un susurro de la manera más íntima:
Descansa para reponer tus fuerzas, Levántate porque la vida continúa y no acaba aquí, y Come del alimento que Dios te da… su “Palabra Santa y magnifica”; el sano consejo de un Padre a su Hijo.
Todos tenemos la necesidad de sentirnos amados. El Espíritu Santo te llama, Dios es fiel y verdadero y Jesucristo te Ama. Es
por esta razón que les invitamos a todos a sentirnos amados por Él Señor, por la persona que entregó su vida por nosotros;
porque sólo en Él podrás encontrar paz, armonía y tranquilidad.
Bendiciones!