Servicio General un día más para servir.

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Publicado 17, Ago, 2022
Servicio General un día más para servir.
A la verdad hemos sido nuevamente convocados para servir a Dios. Por ello, el pasado domingo 14 de agosto nuestra congregación realiza un masivo Servicio General de adoración a las 11:00 horas permitiendo que cualquier creyente...

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A la verdad hemos sido nuevamente convocados para servir a Dios. Por ello, el pasado domingo 14 de agosto nuestra congregación realiza un masivo Servicio General de adoración a las 11:00 horas permitiendo que cualquier creyente y no creyente, letrado y no letrado pueda encontrar respuesta a lo que su corazón le constriñe. El solemne evento tuvo lugar en el Gimnasio Vicente Palacios Valdés locación que al día de hoy se ha convertido en uno de los principales centros de operaciones para transmitir el mensaje de la Palabra de Dios


¿Cómo servir a Dios en estos tiempos?

Todos aquí somos apasionados por la teología , por la busqueda implacable de conocimiento de la Palabra, pero como ustedes saben en eso no se resuelve el ser cristiano. El cristianismo siempre ha luchado contra la idea de que solo la gnosis o un conocimiento más elevado nos lleva a la salvación, ya que es la fe, la fidelidad a una persona que es Cristo, la que le da salvación tanto a ignorantes como a letrados.

El cristianismo es más de ser hacer que de solo saber, ya que el ser contiene en sí mismo el saber, aunque puede que no sea teórico pero sí práctico. Siempre he considerado que una persona enseña más en qué cree con lo que hace que con lo que dice, declara más su confianza en algo por sus acciones que por sus dichos. Una fe sin obras es una fe muerta (como dice Santiago), por antagonismo, entonces, podemos decir que una fe con obras es una fe viva y confiada plenamente en su salvador. Y esta fe con obras, es una fe que actúa en su comunidad, por la comunidad y dentro de la comunidad.

Ahora, todos podemos decir (bueno, eso creo), que servimos en nuestra iglesia, pero cuando hablo aquí de comunidad quiero decirlo en un sentido más amplio. La comunidad no termina fuera de las paredes del templo, sino que continua más allá de ellas; todo lo que me rodea es nuestra área de servicio cristiano. Y por causa de aquel que salvó al mundo de pecado y que vendrá a reunir a toda la creación, el cielo y la tierra, tengo el deber de servir. A esto es lo que Wesley llama evangelio social:

Santos solitarios

Y aquí añade esto Wesley- es una frase tan inconsistente con los evangelios como “adúlteros santos”. El evangelio de Cristo no conoce ninguna religión sino la religión social, ninguna santidad sino la santidad social.

La idea de comunidad no empieza ni termina en la iglesia. Hacemos comunidad y cultura cristiana con el servicio a todas las personas que nos rodean, aun cuando esto signifique muchas veces que les incomodemos. Pero esto no quiere decir que estemos gritando en nuestros trabajos: “¡Cristo viene a juzgarte!”, sino entender que nuestra vida completa es una predicación continúa de la fe que estudiamos y profesamos.

Pablo nos llama constantemente a crecer en el conocimiento (la mente de Cristo) y en el servicio:

1ra Corintios 15:58

Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.

¿Cómo debe ser la vida cristiana?

La vida cristiana es una vida de servicio activo. Esto es contrario al deseo de la mayoría de personas que vive una vida de autosatisfacción hedonista. El ser humano es un ser al que le gusta la vida llena de placeres para satisfacer los apetitos del cuerpo, el alma y hasta de la mente. Muchas veces llenamos nuestro apetito con el estudio teológico, en vez del servicio o el sufrimiento. Y déjenme decirles que no existe mejor escuela de adoración verdadera que el sufrimiento y la paciencia hacia Dios. El estudio, hermanos, nunca va a sustituir al servicio de nuestra comunidad ni la participación social en beneficio de la creación de Dios. Ciertamente, todo esto es creación de Dios y él está al pendiente de todo; pero aunque Dios nos tiene en cuenta y vela por nosotros; por lo general es, mediante las personas, que atiende nuestras necesidades. Por tanto, lo importante es que el cristiano sea esa persona que atiende la necesidad del otro. Como dice uno de los primeros pentecostales acerca del pueblo de Dios, Smith Wigglesworth: “Dios nunca tuvo la intención de que su pueblo fuera común o corriente. Sus intenciones era de que ardieran con Él, conscientes de su poder divino, dándose cuenta de la gloria de la Cruz y de la corona de Gloria”. ¿Cómo queremos transformar al mundo si ni siquiera estamos inmersos en nuestra cultura?

Muchas personas creyentes viven aisaldas (sobre todo en este mundo virtual de Facebook y redes sociales), que menosprecian y critican a la comunidad señalando sus errores e hipocresía, sus torpezas y sus desvaríos. Estos dicen que solo quieren caminar con Jesús, estudiar y ser olvidados, dejando atrás los vínculos incomodos que atan de un prójimo a otro. A veces alegan que ese ascetismo les aclara la visión y les permite entender lo que la Biblia dice, ¿pero que sería la Biblia sin Iglesia que la creyera o una comunidad que la rechazara? En cualquiera de los dos casos, es necesario dignificar el sentido escritural y vencer la contracorriente con el servicio que damos. Para mí, el verdadero cristianismo y la verdadera santidad se da en el contexto de una comunidad. ¿De qué sirve decir que busco la santidad si nunca ha sido probada mi paciencia con el otro? ¿De qué sirve decirle que le amo si nunca he perdonado verdaderamente una falta que me ha roto? Aquí es donde se demuestran las horas de estudio y oración con el Señor, en que los demás vean esta luz. Y si tenemos esta luz que da el Espíritu Santo, es nuestro deber mostrarla como dice Jesús en:

Lucas 11:33

Nadie enciende una lámpara para luego ponerla en un lugar escondido o cubrirla con un cajón, sino para ponerla en una repisa, a fin de que los entren tengan luz.

Es nuestro deber, y nuestro orgullo, mostrar a Cristo en nuestras conversaciones. Ahora, esto no significa estar citando versículos de la Biblia a lo loco, sino que muchas veces consiste sencillamente en escuchar verdaderamente a nuestro prójimo. ¿A cuántas personas hemos escuchado hoy? ¿Con cuántos hemos llorado o reído? ¿A cuánto le hemos mostrado el evangelio en nuestras acciones?

Les invitamos una vez más a sentirse amados, escuchados, a llorar o reir, aprender a perdonar, aprender a escuchar como lo dice su Palabra en:

Lucas 6:46-49

46 ¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo? 47 Todo aquel que viene a mí, y oye mis palabras y las hace, os indicaré a quién es semejante. 48 Semejante es al hombre que al edificar una casa, cavó y ahondó y puso el fundamento sobre la roca; y cuando vino una inundación, el río dio con ímpetu contra aquella casa, pero no la pudo mover, porque estaba fundada sobre la roca. 49 Mas el que oyó y no hizo, semejante es al hombre que edificó su casa sobre tierra, sin fundamento; contra la cual el río dio con ímpetu, y luego cayó, y fue grande la ruina de aquella casa.

Escuchar a Jesús y no obedecerlo es ignorarlo, es condenarnos a la ruina. De eso habla este pasaje. Si escuchamos la voz de Jesús y no la ponemos por obra somos como el necio que construye sobre la arena. Ser sabio, y construir sobre la roca, es obedecer al Señor.

Sabiendo todo esto y para concluir podemos evidenciar que la Salvación y la Condenación dependen de una decisión personal e instranferible. En la vida del creyente solo hay dos opciones:

Escuchar y obedecer a Dios

O ser amigo del acusador y rechazar la promesa de salvación y vida eterna.

Si tuvieras que elegir ahora ¿Cuál sería tu elección personal?… dejanos tus comentarios